28 ago 2010

TIEMPO DE FUNCIONAMIENTO SEXUAL

¿Cual es el tiempo sexual ideal en una relación sexual?: no existe un estándar determinado; según las encuestas aplicadas a terapeutas sexuales de varios países un lapso de 3 a 13 minutos es el tiempo que las parejas consideran como satisfactorio, pero estos no son criterios universales y estos estudios consideran que este lapso se inicia desde el momento de la penetración hasta la eyaculacion. Sin embargo para otros sexólogos el tiempo de funcionamiento sexual es el intervalo fisiológico que se da desde el momento en el cual se inicia el proceso de activación de la situación/estimulo sexual hasta que concluye.

Mito: el sexo prolongado es el mejor. Las películas pornográficas muestran encuentros sexuales interminables y repetitivos. Las presiones sociales y los mitos acerca de la duración del acto sexual pueden influir en forma negativa en el desempeño sexual de los jóvenes (a los que les cuesta postergar la eyaculacion) y los mayores (a quienes les cuesta mantener la erección durante tiempo prolongado). Una relación sexual prolongada por lo general es molesta para los dos miembros de la pareja.

Es importante normalizar las expectativas sobre nuestra vida sexual. El secreto del éxito no es la duración; en la relación es más importante la calidad que la cantidad de tiempo para lograr la satisfacción sexual y hay que tener en cuenta que no toda la actividad sexual de los demás es tan emocionante como creemos.

El tiempo de funcionamiento sexual es un asunto subjetivo ya que depende de la satisfacción de la persona en el encuentro sexual. Para algunos esta bien un coito de 3 a 5 minutos, otros no se sienten conformes y evalúan ese lapso como muy corto y hasta piensan que tiene eyaculacion precoz. No existe un intervalo de tiempo conocido para determinar el tiempo de funcionamiento sexual. El criterio utilizado por los terapeutas debería basarse en los reportes verbales como: “soy muy rápido”, “demoro mucho” o “estoy conforme con mí tiempo”.

26 ago 2010

¿QUIEN ES RESPONSABLE DE LA SEXUALIDAD RESPONSABLE?

La sexualidad responsable implica una serie de comportamientos, posturas y valores en relación a si mismo y a los demás: autonomía para tomar decisiones, madurez de criterio, honestidad y respeto hacia la pareja, consentimiento mutuo en las prácticas sexuales, protección mutua y satisfacción personal.



Las personas que no son sexualmente responsables obligan a los demás a realizar actividades que no desean y esto lo logran a través de la presión, manipulación, amenazas, acoso y discriminación. No les importa prevenir embarazos no deseados ni enfermedades de transmisión sexual y no asumen las consecuencias de sus acciones.



Los jóvenes deben asumir su sexualidad en forma responsable, pero ¿como pueden obtener la información que necesitan para asumir estas posturas? Con una educación sexual formal y a través de una comunicación clara y directa entre padre e hijos en asuntos relacionados con la sexualidad. Muchos proyectos de vida pueden verse truncados por una decisión errónea relacionada con la sexualidad.



Si los padres esperan que sus hijos pregunten sobre sexualidad lo más probable es que no lo hagan y busque información en personas de su edad que están tan desinformados como ellos o que busquen a personas que tienen intereses específicos en que no obtenga esta información.



Los padres deben buscar las herramientas que les permitan abordar temas relacionados con sexualidad y así fomentar el ejercicio futuro de una sexualidad responsable. hablar de sexualidad se vuelve mas facil conforme se adentra en el tema. Para hablar de sexualidad debe haber coherencia entre lo que se dice y lo que se hace; los mensajes incongruentes son fuente de conflicto y si los adultos dicen una cosa y hacen otra perderán credibilidad con sus hijos.



¿Quien es responsable de la sexualidad responsable?: padres, hijos, maestros y muy importante, el estado a través de programas de educación para la sexualidad serios y científicamente diseñados.

20 ago 2010

El tamaño sí importa

Uno de los principales mitos sexuales es el tamaño de pene, fuente de preocupación de muchos varones y a pesar de que los tratados de sexología digan que el tamaño no importa realmente si importa, de lo contrario no se hablaría tanto del tema ni se publicarían avisos que ofrecen aumentar el tamaño del pene con cremas, cirugías y aparatos, ni seria fuente de consulta sexológica.

El pene es símbolo de virilidad e impresionar a la pareja con un pene grande es el anhelo de la mayoría de hombres. Muchas veces esta mayoría desconoce que las dimensiones de su pene son normales. La falta de información de la propia anatomía y fisiología, el alarde de muchos acerca del tamaño de su pene, las fotos de revistas y películas pornográficas, hacen que las personas se convenzan que sus penes son pequeños y así es como un mito se convierte en realidad.

Es probable que el temor a un desempeño sexual insatisfactorio, la baja autoestima, el miedo a no satisfacer a la pareja, favorezca aun más esta sensación, preocupación se da más en hombres que en mujeres. A ellas aparentemente no les importa el tamaño del pene, ni lo mencionan cuando describen los que más les gusta de un hombre, sin embargo alardean del tamaño del pene de sus parejas.

El tamaño promedio de un pene en erección es de 12,4 a 14,5 cms. y se considera “normal” porque la mayoría de los hombres se encuentran en este rango. Un pene que mide menos de 7 cms. en estado de erección puede considerarse pequeño.

El tamaño del pene es algo que no se puede cambiar fácilmente pero si pueden mejorarse las técnicas sexuales de modo que compensen a la pareja. Este es el punto, el placer sexual no depende del tamaño del pene sino del desempeño de la persona.

La consulta sexológica, aclarar conceptos y recibir asesoría en cuanto a relaciones sexuales son opciones para las personas que tengan dudas o problemas respecto al tamaño de su pene.

19 ago 2010

¡De sexo no se habla…!

Cuantas veces dejamos de aclarar dudas acerca de la sexualidad porque nos daba vergüenza, miedo, o porque creíamos que los demás podían pensar que no éramos “normales”, o simplemente porque dábamos por sentado que uno debía nacer sabiendo todo lo que implicaba sexualidad, cosa que no sucedía con otros temas: geografía, política, economía, matemática...porque para esto teníamos “permiso para preguntar” sin quedar mal en ningún momento de nuestras vidas, de niños a adultos.

¡Susto de ser descubiertos!, miedo a que los demás se enteraran que no sabíamos todo acerca del “sexo” nos hizo recurrir a amigos, que sabían tan poco como nosotros y que usaban su creatividad para explicar lo que tampoco conocían, iniciaron nuestros errores de concepto. No había internet, no había educación “para” la sexualidad, que bien podría habernos evitado tomar decisiones incorrectas y muchas frustraciones.

Podemos decir que actualmente eso no sucede? Que gracias a la tv, cine, internet y a la existencia de una materia llamada “Educación Sexual” hemos cambiado y ampliado nuestros conocimientos al respecto? Yo diría que hemos ampliado enormemente nuestra gama de mitos y errores de concepto sobre la materia.

Si ni siquiera somos capaces de ensenar a un niño que el pene se llama pene y la vagina vagina, sin diminutivos ni términos sustitutivos, es poco probable que podamos fomentar una comunicación clara y abierta que nos permita relacionarnos con nuestra pareja en forma madura, tomando en cuenta nuestros sentimientos y valores. Los tiempos cambiaron pero la información sobre temas relacionados con sexualidad no ha cambiado.

Enseñar temas como comportamiento sexual, respuesta sexual, métodos anticonceptivos, masturbación, relaciones, condones, etc., hace que los padres teman que sus hijos se inicien precozmente en la vida sexual, cuando está demostrado que ensenar estos temas hace más bien que retarden este inicio.

Dejemos nuestros temores, nadie nace sabiendo y mientras el tema no sea tratado en casa, en el colegio, en forma abierta, sin temores ni vergüenza, considerando valores, salud sexual y reproductiva, autoestima, fisiología y comportamiento sexual, seguiremos tan desinformados como antes.