8 abr 2014

INTELIGENCIA EROTICA


La inteligencia erótica consiste en saber cómo manejarse con los demás en el plano sexual y afectivo. Tiene como eje fundamental el manejo de conductas orientadas a despertar el deseo en una relación de pareja estable o para abordar y disfrutar situaciones con una nueva pareja. El punto neurálgico de este concepto se centra en el deseo sexual (punto de partida de la respuesta sexual humana que desencadena la excitación y termina en el orgasmo y/o la resolución) y que facilita el desarrollo de una vida afectiva y sexual operativa.

El entrenamiento en habilidades que permitan desarrollar nuestra inteligencia erótica debe basarse en la búsqueda de información, iniciativa, creatividad, adaptación a nuevas situaciones, apertura al cambio, aprendizajes diversos, etc.

En el caso de las relaciones de pareja, es complicado y a veces difícil poder desear lo que ya se tiene, cuando esto sucede estamos frente a uno de los factores de deterioro en la relación. Al negar que la sexualidad es un elemento importante en nuestra vida postergamos encuentros y propiciamos desencuentros, dejamos que el deseo sexual se extinga o pensamos que por arte de magia éste volverá en el momento menos pensado. Culpamos a los hijos, al stress, al trabajo, a la estrechez económica, a la familia; no aceptamos que el problema está en nosotros y que se trata de un problema de pareja.

Ante esta situación tenemos la opción de incrementar nuestros niveles de inteligencia erótica y la forma de hacerlo es a través de:

  • Búsqueda de información sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo y el nuestra pareja.
  • Aceptación y aprecio de sí mismo. El arreglo personal, la auto aceptación, reflejan ante los demás la imagen de nuestra propia valoración.
  • Descubrimiento del auto erotismo: debemos aprender a identificar nuestras fuentes de placer y nuestras zonas eróticas.
  • Desarrollo de la creatividad, reinvención constante para no caer en la rutina.
  • Exploración e identificación de lo que le agrada a la pareja sin vergüenza ni culpas.
  • Mantenimiento de hábitos de vida sana: estar en forma, cuidar nuestro cuerpo, alimentación, imagen personal, evitando los excesos de comida, alcohol y cigarros.
  • Mantenimiento de la autonomía en la relación de pareja. Reconocer la existencia de un “nosotros” pero también de un “yo” y un “tú”.
  • Negociación. Aprender a ceder y a perder, a veces reconocer que no tenemos la razón es un triunfo en el que ganamos aun perdiendo.
  • Expresión de sentimientos; comunicación en pareja, poder decir lo que nos gusta y nos disgusta sin ser agresivos.
  • Sentido del humor. El sexo debe ser lúdico y libre de disfrutar sin culpas.
  • Incorporación de nuevos elementos y variantes en la actividad sexual.
  • Afrontamiento y solución de los problemas de pareja antes de ir a la cama.
  • Comprensión de que el deseo no implica necesariamente un encuentro sexual pero que también puede despertarlo.

Es necesario desarrollar nuestra inteligencia erótica y aprender a no considerar la sexualidad como la última actividad en la escala de prioridades de una relación de pareja. Aplicar lo que sabemos sobre sexualidad en nuestra vida intima puede ayudarnos a recuperar los deseos perdidos.



Pedro Rondón Navas
Magister en Sexología
Sexólogo de TESEO
Sexólogo de la Corporación Skinner (6374028)


Cel. 955885337
twitter: @pedrondonavas