¿Por qué no deseo tener
relaciones sexuales si me llevo bien con mi pareja, hay amor entre nosotros y
tenemos muchas cosas en común? Uno de
los motivos frecuentes en la consulta sexológica es el bajo deseo sexual,
también llamado pobre deseo sexual, deseo sexual inhibido, frecuencia de
funcionamiento excesivamente baja o anorexia sexual. La característica básica de esta disfunción
es la poca o casi nula actividad sexual, ya sea individual o en pareja, es
decir, ausencia de cualquier tipo de interés sexual. El paciente no inicia ninguna actividad que
lo pueda llevar a un contacto sexual porque no le provoca hacerlo. Esta disfunción sexual se ha
incrementado en los últimos tiempos independientemente del sexo y la edad de las
persona.
Las causas psicológicas del
origen de esta patología pueden ser múltiples, siendo la falta de información
sexual una de las principales. La ausencia
de intimidad, carencias afectivas, educación represiva, experiencias sexuales
poco o nada placenteras, desconocimiento del propio cuerpo, baja autoestima,
educación represiva, miedo a experimentar, rutina y monotonía e infidelidad,
entre otros, influyen en el comportamiento sexual y pueden originar la
disminución del deseo sexual.
Pero también existen causas
orgánicas que disminuyen el deseo sexual: enfermedades, depresión, disfunciones
sexuales en uno o en ambos miembros de la pareja, consumo de algunos
medicamentos, hipertensión, hipotiroidismo, desbalances hormonales (estrógenos,
testosterona). A esto se puede añadir el
estrés de la vida cotidiana, los problemas económicos así como las exigencias
socioculturales en relación al desempeño sexual del hombre y de la mujer. Algunos pacientes reportan que de haber
acudido a terapia sexual cuando estaban casados es muy probable que no se hubieran
separado.
Generalmente es uno de los
miembros de la pareja es el que presenta la disfunción y el otro recurre al auto
ejercicio de la función sexual, satisfaciéndose a sí mismo. Una vez instalado
el cuadro se generan una serie de eventos que van minando la relación, creando
molestias y resentimientos, inconvenientes que pueden terminar en la ruptura de
la pareja, a menos que tomen conciencia de lo que está sucediendo y ambos hagan
algo al respecto.
Las técnicas psicosexuales son
muy efectivas en el tratamiento del bajo deseo sexual de origen psicológico y
deben centrarse en la re-educación en materia de sexualidad, la comunicación, cogniciones negativas hacia
la sexualidad, entrenamiento asertivo, manejo sensorial y entrenamiento en destrezas
y habilidades sexuales.
Dedicar tiempo para la intimidad,
erotizarse uno mismo y a su pareja, prolongar los previos, demostrar afecto,
fantasear, incorporar nuevos elementos en la actividad sexual (juguetes y sexuales) y realizar ejercicio físico, son
factores que pueden incrementar el deseo sexual. Si esto no resulta no hay duda
que es indispensable acudir a un especialista en terapia sexual.
Pedro Rondón Navas
Cel. 955885337
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Sexólogo-Magister
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