Rompiendo mitos sexuales online
30 oct 2013
21 oct 2013
CUESTION DE PIEL
Ella se acuesta boca
abajo desnuda, él sentado sobre sus piernas desliza sus manos
suavemente tocando toda su piel. Con la yema de los dedos y la palma
de la mano presiona y frota en forma delicada y lenta sus hombros,
cuello, brazos; baja por la espalda recorriendo todos los pliegues de
su cuerpo hasta llegar a los pies, donde se detiene y sin perder el
contacto con su piel le susurra en voz baja que se de vuelta...
Parece el inicio de una
novela erótica pero no lo es, se trata de una técnica ancestral que
permite expresar afecto a través del tacto cuando se acaricia la
piel, del olfato cuando se percibe el olor del cuerpo mezclado con
los aceites esenciales; del oído cuando se susurran palabras de amor;
del gusto cuando se utilizan los labios y la lengua y de la vista
cuando las velas encendidas dibujan siluetas de luz y sombras.
El masaje erótico
despierta el deseo preparando al organismo para el disfrute que
vendrá y nos hace pasar del bienestar de acariciar y ser acariciado
a la sensualidad de aprender a dar y recibir. Su objetivo no debe
ser el preludio de un coito ni el orgasmo en sí mismo sino estrechar
lazos de intimidad y confianza, envueltos en el placer de una
relación sexual más profunda.
Acariciar es un arte que
mejora con la práctica. El masaje de dos seres que preparan al
organismo para iniciar la primera fase del ciclo sexual: la
excitación, generando el deseo no sólo físico, también afectivo.
Se pueden incorporar
diversos elementos a esta actividad: plumas, aceites de sabores
variados, guantes masajeadores, almohadillas de gel térmico, cera
derretida, cremas hidratantes e incluso algunos dulces y frutas. Es a
través de esta técnica que se pueden descubrir zonas erógenas no
exploradas ni siquiera por quien recibe el masaje. Se pierde la
verguenza y la culpa cuando se percibe el masaje como una parte
importante, aunque no necesariamente permanente, del encuentro sexual
pleno.
La práctica del masaje
erótico ayuda a despertar el deseo sexual preparando y
sensibilizando nuestro cuerpo para sentir y no pensar, facilita el
orgasmo y mejora la vida sexual de la pareja. El tiempo que toma
realizarse no es nada comparado con el placer compartido que se
siente al explorar el cuerpo de la pareja y ser explorado por ella.
Pedro
Rondón Navas
Psicólogo-
Sexólogo
www.sexologicas.com
twitter:
@pedrondonavas
Facebook:
Pedro
Rondón Navas Sexólogo-Magister
Cel.
955885337
11 oct 2013
TERAPIA SEXUAL
La sexualidad es inherente al ser humano pero por lo general no es asumida con actitudes positivas, que la liberen de los mitos y errores de concepto propiciados por la socio cultura. Sigue siendo un tabú que ruboriza a las mujeres cuando se habla del tema publicamente y que refuerza el diálogo machista y de doble sentido en los hombres.
Antes, cuando se presentaban problemas sexuales en la relación de pareja, las personas preferían dejar de vivir su sexualidad restandole importancia, cumpliendo obligaciones aún sin sentir placer porque "eso era lo que correspondía a los casados" o soportando una relación insatisfactoria y rutinaria. Actualmente las personas se muestran más abiertas cuando se trata de asumir que los problemas sexuales existen y tienen solución, siendo capaces de acudir a terapia sí uno de los miembros de la pareja padece alguna disfunción o para tratar de mejorar una relación que se muestra débil, desgastada o con fisuras. Esto es cuestión de educación y orientación sexual y ciertos espacios en los medios hacen esfuerzos, aunque no siempre son lo necesariamente serios, para "educar" sexualmente a las personas. Acudir a terapia sexual no debería ser motivo de vergüenza como para tratarse a escondidas o con temor a ser descubiertos en la sala de espera de un consultorio.Cada vez son más quienes acuden a terapia sexual abiertamente, no solamente cuando padecen alguna disfunción (disfunción eréctil, eyaculación rápida, vaginismo o bajo deseo sexual), sino cuando quieren mejorar su vida sexual para disfrutarla y no sufrirla. La terapia para tratar las disfunciones sexuales es por lo general breve, efectiva, centrada en los síntomas y deben contemplar expectativas realista de sus resultados. El trabajo se centra directamente en el paciente con una participación netamente activa, con ejercicios que deben realizar en casa en forma constante. Los resultados son a corto plazo cuando hay persistencia, compromiso y seriedad. No cumplir con las tareas encomendadas durante la terapia es sabotear los resultados. Debe tomarse en cuenta que a veces se presentan regresiones que requieren volver a practicar los ejercicios realizados en la terapia y que cuando hay discordia en la pareja deben solucionarse los problemas previamente, aunque a veces la discordia se presenta por disconformidad con la vida sexual.Pero la terapia sexual no sólo se ocupa de tratar las patologías sexuales, también se centran en mejorar la calidad de vida íntima de hombres y mujeres interesados en asumir su sexualidad en forma gratificante, sintiéndose conformes con ella.Inteligencia erótica, expectativas realistas sobre el propio desempeño, aceptación de sí mismo, información y comunicación sobre temas sexuales son fundamentales para una vida sexual operativa. Acudir a terapia para mejorar estos aspectos se hace cada vez más cotidiano. Los planes de trabajo que se trazan en la consulta son claros, sencillos, divertidos, placenteros y enfocados en el problema y realidad de cada paciente.No necesariamente hay que padecer alguna disfunción sexual para acudir a terapia, la ayuda que presta para mejorar la vida sexual: salir de la rutina, incrementar el deseo, mejorar el desempeño, recuperar la actividad sexual perdida, son motivos más que suficientes para hacerlo. No tiene por que causar vergüenza acudir a un especialista para mejorar nuestra vida sexual ya que nadie nunca nos enseño como hacer para tener una vida sexual dichosa y placentera.
6 oct 2013
¿INAPETENCIA SEXUAL?
¿Por qué no deseo tener
relaciones sexuales si me llevo bien con mi pareja, hay amor entre nosotros y
tenemos muchas cosas en común? Uno de
los motivos frecuentes en la consulta sexológica es el bajo deseo sexual,
también llamado pobre deseo sexual, deseo sexual inhibido, frecuencia de
funcionamiento excesivamente baja o anorexia sexual. La característica básica de esta disfunción
es la poca o casi nula actividad sexual, ya sea individual o en pareja, es
decir, ausencia de cualquier tipo de interés sexual. El paciente no inicia ninguna actividad que
lo pueda llevar a un contacto sexual porque no le provoca hacerlo. Esta disfunción sexual se ha
incrementado en los últimos tiempos independientemente del sexo y la edad de las
persona.
Las causas psicológicas del
origen de esta patología pueden ser múltiples, siendo la falta de información
sexual una de las principales. La ausencia
de intimidad, carencias afectivas, educación represiva, experiencias sexuales
poco o nada placenteras, desconocimiento del propio cuerpo, baja autoestima,
educación represiva, miedo a experimentar, rutina y monotonía e infidelidad,
entre otros, influyen en el comportamiento sexual y pueden originar la
disminución del deseo sexual.
Pero también existen causas
orgánicas que disminuyen el deseo sexual: enfermedades, depresión, disfunciones
sexuales en uno o en ambos miembros de la pareja, consumo de algunos
medicamentos, hipertensión, hipotiroidismo, desbalances hormonales (estrógenos,
testosterona). A esto se puede añadir el
estrés de la vida cotidiana, los problemas económicos así como las exigencias
socioculturales en relación al desempeño sexual del hombre y de la mujer. Algunos pacientes reportan que de haber
acudido a terapia sexual cuando estaban casados es muy probable que no se hubieran
separado.
Generalmente es uno de los
miembros de la pareja es el que presenta la disfunción y el otro recurre al auto
ejercicio de la función sexual, satisfaciéndose a sí mismo. Una vez instalado
el cuadro se generan una serie de eventos que van minando la relación, creando
molestias y resentimientos, inconvenientes que pueden terminar en la ruptura de
la pareja, a menos que tomen conciencia de lo que está sucediendo y ambos hagan
algo al respecto.
Las técnicas psicosexuales son
muy efectivas en el tratamiento del bajo deseo sexual de origen psicológico y
deben centrarse en la re-educación en materia de sexualidad, la comunicación, cogniciones negativas hacia
la sexualidad, entrenamiento asertivo, manejo sensorial y entrenamiento en destrezas
y habilidades sexuales.
Dedicar tiempo para la intimidad,
erotizarse uno mismo y a su pareja, prolongar los previos, demostrar afecto,
fantasear, incorporar nuevos elementos en la actividad sexual (juguetes y sexuales) y realizar ejercicio físico, son
factores que pueden incrementar el deseo sexual. Si esto no resulta no hay duda
que es indispensable acudir a un especialista en terapia sexual.
Pedro Rondón Navas
Cel. 955885337
Facebook: Pedro Rondón
Sexólogo-Magister
Twitter: pedrondonavas
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