28 dic 2012





SEXUALIDAD DESPUES DE LOS 50

SE ENVEJECE COMO SE HA VIVIDO  
Conforme envejecemos va cambiando nuestro aspecto físico, intelectual y emocional, sin embargo nos adaptamos a dichos cambios casi sin darnos cuenta;  claro, hay ocasiones en la cuales se presentan limitaciones pero se puede lidiar con ellas.  Notamos que nuestro rendimiento físico es menor, nos cansamos más rápido, nos cuesta memorizar, olvidamos asuntos que consideramos poco importantes y muchas veces nos irritan cosas que realmente no son importantes.
Aceptamos los cambios que conlleva la edad, pero ¿podemos pretender que nuestra vida sexual mantenga el mismo nivel de desempeño que cuando éramos  jóvenes?, absolutamente NO.  Nos cuesta aceptar cambios que tengan que ver con el ejercicio de la función sexual, hasta el extremo de aceptar que ha llegado el principio del fin de nuestra vida sexual con tal de no asumir que nuestra ejecución en este plano ya no es la misma que antes.   El temor a ser rechazado, a no rendir lo suficiente, a ser juzgado,  hace que muchas veces las personas pospongan o repriman totalmente su vida sexual. Sin embargo, el  deseo sexual se mantiene en hombres y mujeres a pesar de la edad sin importar que la sociedad considere que  las personas mayores deban ser seres asexuados.
Así empiezan los mitos de la sexualidad en la vejez:  “se acabó la vida sexual”, “a mi edad ya no pienso en esas cosas”, “la actividad sexual me puede hacer daño”, “que pensarán mis hijos o nietos”.  Les tengo una buena noticia: la sexualidad se termina cuando uno se muere, nunca antes.
Es cierto que hay cambios en el organismo de hombres y mujeres, hay que adaptarse a ellos y seguir disfrutando de nuestra sexualidad.  Los cambios en el varón hacen que las erecciones no sean tan duras como antes, el período de excitación se vuelve más largo (toma más tiempo lograr la erección), la cantidad de semen expulsada es menor, el orgasmo demora más en llegar y es menos intenso, volver a tener una erección toma más tiempo.  En la mujer la fase de excitación es más prolongada, hay menos lubricación vaginal, los músculos de la vagina pierden elasticidad, el orgasmo demora más en llegar y la intensidad del mismo es menor.
Además de estos aspectos naturales del proceso de envejecimiento están los efectos secundarios de determinados medicamentos para la presión, diabetes, antidepresivos, etc., que también interfieren en la ejecución sexual.





Pero no todo es negativo, podemos adaptarnos a nuevas formas y opciones de disfrute de nuestra sexualidad.  La intimidad debe ser valorada como parte importante de la vida sexual.  El coito (entendido como la penetración pene-vagina) no debe ser la única forma de relacionarse. Las caricias, masajes, besos, abrazos, forman parte importante de la sexualidad y generalmente son dejadas de lado tanto por personas jóvenes como por los mayores.  No quiere decir que para las personas mayores el coito no pueda existir, ¡claro que sí! A pesar de que la erección sea más débil que antes, igual funciona y es capaz de hacer disfrutar a la mujer.  Existen jaleas y cremas vaginales que ayudan a la lubricación, facilitando la penetración sin malestar.  Los medicamentos pueden cambiarse hasta conseguir el que menos afecte la vida sexual, pero generalmente los pacientes se bloquean por vergüenza y no hablan de estos temas con sus médicos; hay que dejar de lado estos temores y aclarar lo que les preocupa.
Muchos renuncian a la vida sexual por desconocimiento de los cambios que acontecen con la edad, pero no hay razones que justifiquen esta actitud.  Las personas que han tenido una alimentación saludable, sin excesos de tabaco o alcohol, practicando ejercicios y con una actividad sexual gratificante, tienen más probabilidades de asumir estos cambios positivamente: se envejece como se ha vivido. Recuerde que la sexualidad no termina con la edad, es el individuo el que decide terminar con ella.

Pedro Rondón Navas
Psicólogo- Sexólogo
Centro de Evaluación y Terapia Skinner

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twitter: @pedrondonavas