17 jun 2013


ROMPIENDO MITOS SEXUALES

LA ANSIEDAD SEXUAL

Cuando las personas están pendientes de su desempeño sexual, monitoreando los cambios que ocurren en su organismo, se abstraen de lo que están haciendo y dejan de disfrutar del encuentro para convertirse en meros espectadores. En ese momento se están evaluando y anticipando fallas que no tendrían por qué ocurrir. Si esto se vuelve recurrente, es muy probable que desarrollen una disfunción sexual de origen psicológico, independientemente de su sexo, ya que esto les puede suceder tanto a hombres como a mujeres. Posteriormente, ante un encuentro sexual, la persona empieza a manifestar síntomas de ansiedad.

¿Y qué es la ansiedad? es una respuesta emocional que se presenta cuando hay una situación de amenaza o peligro que, genera una respuesta de escape o de evitación. La ansiedad es incompatible con la respuesta sexual y la persona en estas circunstancias deja de disfrutar de los encuentros sexuales porque éstos son percibidos como situaciones incómodas, amenazantes para su autoestima y peligrosas para su ego.

Las falsas expectativas acerca del rendimiento sexual también son fuente de malestar generadora de ansiedad. La mayoría de veces las primeras experiencias sexuales poco satisfactorias contribuyen a generar ansiedad en futuros encuentros. Las proezas inalcanzables que se ven en películas pornográficas y las historias, generalmente inventadas, de las que hablan los amigos acerca de sus conquistas y habilidades sexuales con múltiples parejas eventuales, hacen que uno evalué su desempeño sexual como light. La baja autoestima, educación represiva, ausencia de habilidades sexuales, falta de educación sexual, prejuicios, mitos, son otras de las causas de la ansiedad.

Cuando la ansiedad sexual se instala en la mente ¿qué piensa una persona acerca de su desempeño sexual?: no voy a poder, no funcionaré, volveré a fallar, me va a dejar, no lograse satisfacerlo(la) y ¿qué se siente ante estas situaciones?: palpitaciones, sudor frío, malestar, transpiración, incomodidad y bloqueo general de la respuesta sexual. Centrarse en las preocupaciones o temores irracionales genera tensión y ansiedad.

Las posibles respuestas ante la ansiedad sexual son la evitación (tratar de no mantener encuentros sexuales) o la ausencia de excitación e incluso de orgasmo durante el acto sexual. Afortunadamente existen soluciones para este problema. Los esquemas de pensamientos negativos pueden cambiarse con una terapia apropiada. Las terapias sexuales son cortas y están centradas en disminuir los niveles de ansiedad, reeducar al individuo en lo que es su fisiología y desempeño sexual y hacer operativa su respuesta, ayudando considerablemente a solucionar las disfunciones sexuales.

Pedro Rondón Navas
Psicólogo- Sexólogo

twitter: @pedrondonavas