MITOS DEL SEXO ORAL
(II)
Mito: causa eyaculación
rápida (precoz). En ocasiones se ha asociado con la eyaculación rápida.
Hay personas que se excitan rápidamente
y llegan al orgasmo a través de este método sin poder controlarse, ésta no es
la norma; también hay quienes jamás logran eyacular a través del sexo oral pero
para muchos es parte importante de la fase de excitación del ciclo sexual. Hay mujeres que alcanzan el orgasmo bajo esta
modalidad y temen no poder proseguir con la actividad sexual completa. Inhiben su respuesta sexual en vez de
disfrutarla pero por otros motivos.
Mito: no se
aprende. Existen habilidades que pueden
desarrollarse durante la práctica del sexo oral: no fijarse en un mismo lugar
durante mucho tiempo, prestar atención a las reacciones de la pareja ante los
estímulos producidos por su lengua, darse tiempo para ello, juguetear,
explorar, descubrir y sobre todo darse
el permiso para sentir y no pensar.
Mito: es causa de
infecciones de transmisión sexual.
Cualquier relación sexual sin protección y con desconocidos implica
riesgo de infección sexual; a mayor promiscuidad y ejercicio de la sexualidad
no responsable hay más posibilidades de contagio. El sexo oral tiene riesgo de infección si hay
heridas sangrantes, llagas, VIH o infecciones en la boca o si se tragan los
fluidos corporales.
Mito: solo lo disfruta
quien lo recibe. Recibir sexo oral es tan placentero como darlo. Cada quien es responsable de su orgasmo, es
cierto, pero también es cierto que produce placer ver como la pareja se excita
en los “previos” gracias a los toques y caricias producidos por nuestras manos
y lengua. Observar y sentir las reacciones de nuestra pareja ante el sexo oral
es altamente gratificante. La atracción
física y los hábitos de higiene deben estar presentes.
Mito: es malo, feo y
cochino. Es muy común escuchar a mujeres
que afirman que “eso” no entra en su boca o que les da asco y nauseas. Es una postura de poca apertura a explorar la
sexualidad humana. El hombre está más dispuesto a estimular a su pareja
oralmente, la retribución es justa. El
sexo oral es altamente placentero, no es malo ni es pecado pero no debe ser
obligado sino aceptado por los dos miembros de la pareja.
Pedro Rondón Navas
Psicólogo- Sexólogo
twitter: @pedrondonavas