30 ene 2012

DISCORDIA MARITAL

Es muy difícil decir que existe alguna pareja que jamás haya tenido una pelea. Las peleas se pueden iniciar como un desacuerdo leve pero a veces llega a convertirse en una riña o pelea más profunda.

Generalmente las peleas son cíclicas y por motivos repetidos. Es fácil empezar una pelea, por ejemplo cuando el varón dice: “te pareces a mi mamá”, “¿estás con la regla?”, “siempre despistada”; o cuando deja la toalla mojada encima de la cama o no baja la tapa del w.c. También cuando la mujer dice: “tenemos que hablar…”, “nunca dejas las cosas en su sitio”, “¿otra vez donde tu mamá…?”

Los motivos por los cuales nos peleamos son variados, la forma de expresarnos: juzgar, criticar, señalar con el dedo. También por causa de la familia y amistades: suegros que se meten en todo, cuñados que hacen visitas eternas y seguidas, amigas chismosas, amigos juergueros o por la forma de educar y poner normas a los hijos. La sexualidad puede ser causa de peleas y conflictos: disparidad de tiempo/frecuencia (ambos tienen ganas pero en diferente momento), incompatibilidad de frecuencia (uno tiene más ganas que otro), posiciones, lugares, horas, falta de diálogo.

La respuesta no es dormir en el sofá u otra habitación, sino enfrentar el problema en forma asertiva, sin agresividad. Generalmente las mujeres presionan para discutir en el momento y los hombres hemos sido educados para no expresar sentimientos, por lo que nos cuesta mucho trabajo discutir, adoptando una respuesta de evitación y huida; salimos de la habitación para no continuar con la pelea y nos aislamos, como consecuencia se inicia el distanciamiento: tratar de no verse, no encontrarse, no saludarse, hablar lo mínimo posible.

Es recomendable no decir: “nunca”, “siempre”, “a mí no me hubiera pasado”, “te lo dije”; sí se recomienda no juzgar a su pareja, ponerse en el lugar del otro, no volver a situaciones pasadas, hablar en primera persona y expresar lo que siente, sin juzgar.

Los problemas no se resuelven en la cama, la sexualidad no debe utilizarse como una venda o un calmante que puede solucionar problemas. No vayan molestos a la cama, resuelvan la situación y si no pueden acudan a terapia, es muy probable que puedan salir adelante.

Pedro Rondón Navas
Psicólogo- Sexólogo
pedrondonavas@gmail.com
http://sexologosonline.blogspot.com.